Radicales libres, los malos de la película.
¡Bienvenidos a la entrada de esta semana!
Nuestro sistema inmune se pone constantemente a prueba, ya que está muy expuesta al estrés diario y a nuestro medio ambiente. Cuando se habla de la defensa del cuerpo humano, tendemos a pensar en la dfensa contra sólo ciertos patógenos. Además de los virus y las bacterias, tenemos otro enemigo que temer, que es producida en parte por nosotros mismos y en parte por otras activdades industriales diferentes. Este enemigo es el «grupo de los llamados radicales libres.
Los radicales libres son moléculas de vida corta y altamente reactivas, que son capaces de hacer daño a cualquier materia y órgano en el cuerpo humano. Estas son parículas inestables y reactivas que buscan otros electrones para producir nuevos enlances químicos. Ellos ejercen su influencia en los tejidos intactos y en la formación de nuevos enlaces mediante la disolución de los enlaces químicos, de lo contrario son enlaces ineptos. A pesar de todos los efectos nocivos, ten en cuenta que una parte de los radicales libres juegan un papel importante en el auto apoyo de varios mecanismos del cuerpo. Un puñado de nuestras células producen radicales libres con el fin de eliminar patógenos intrusos. Otros generan tales radicales que regulan la coagulación y la presión arterial. De manera óptima, la dfensa del cuerpo humano debe ser capaz de eliminar por sí mismo los radicales libres que se producen de otro modo. En el caso de más radicales libres presentes en el sistema, no sólo amenazan a los agentes patógenos, sino las células de nuestro cuerpo también. Teniendo en cuenta nuestras circunstancias ambientales actuales y hábitos nutricionales, se está haciendo cada vez más dificil proprocionar la cantidad necesaria de nutrientes para la nutralización de estos procesos. Es más dificil mantener un sistema sano, equilibrado, que empezar a alimentar radicales libres que se vuelven contra su propio cuerpo del anfitrión.
La aparición de numerosas enfermedades se debe a la actividad de los radicales libres. Según la ciencia médica, en la mayoría de los casos, los radicales libres causan la apareción de enfermedades vasculares, cáncer, mal funcionamiento articular y neural, mientras que otras observaciones afirman que hasta un cierto punto son la causa de la enfermedad del Alzheimer y de Parkinson. También juegan un papel clave en el proceso de envejecimiento, en particular en el envejecimiento prematuro de la piel y en la demencia de edad avanzada, si no se controlan, se van a arruinar todo lo que viene en su camino.
Los antioxidantes actúan como la primera línea frente a los radicales libres. En un sentido más amplio, cada sustancia que retrasa o inhibe la oxidación se llama antioxidante. Sin embargo, la expresión se utiliza principalmente para los antioxidantes biológicos. Ellos son capaces de neutralizar los radicales libres en muchas maneras. O dan un electrón al radical para interrumpir su funcionamiento, o bien se sacrifican en un proceso oxidativo o incluso ayudan en la reparación de los antioxidantes dañados. Ellos trabajan en sinergia y siempre se apoyan entre sí.
Los antioxidantes más renombrados son la vitamina E y C. Qué tiene de especial la vitamina E, es que es una molécula grande y es capaz de luchar contra múltiples radicales libres al mismo tiempo y además puede reactivarse y utilizarse varias veces. La vitamina C como es una vitamina soluble en agua, «trabaja» en las reservas de líquidos de las células. Gracias a sus atributos especiales sobresale en la protección contra la radiación solar excesiva, el humo de los cigarillos y otras toxinas.
Por otra parte, también es capaz de sanar una vitamina E «derrotado». Otra vitamina antioxidante es el beta-caroteno, del cual el organismo produce la vitamina A.
El selenio también es beneficioso para las vitaminas, especialmente para la vitamina E, con su ayuda es capaz de defender con éxito contra el ataque de los radicales libres.